Tantos siglos disfrutando de un buen jamón han provocado que pocas cosas se puedan decir más del cerdo. Uno de los animales más valorados, y por supuesto el animal que más placeres culinarios nos ha dado a lo largo de los años.
Y es que en nuestra tierra el cerdo y los productos que derivan de él son algo más que un simple alimento.
La cultura que se ha desarrollado al rededor del mundo porcino denota que se trata de algo que forma parte de nosotros, y como tal, debemos cuidarlo y conservarlo. Por ello te invitaremos a que conozcas el origen de la raza Duroc. Un curioso origen que le ha llevado a recorrer medio mundo.
Además descubrirás la estrecha relación que ha tenido con nuestro cerdo ibérico, todo para conseguir lo más exquisito para nuestro paladar.
La raza Duroc
Pero antes de conocer su relación con el cerdo ibérico típico de nuestra tierra, lo primero es conocer de dónde viene la raza Duroc, y es que además, tiene unos orígenes un tanto particulares que le han hecho dar un viaje por el mundo desde sus antepasados.
Lo primero que diremos es que esta raza procede de Estados Unidos al igual que sus ancestros más directos, pero para partir de cero, debemos situar dicho origen en Europa y África, ya que la ascendencia de este porcino proviene de otras dos razas, la conocida como Old Duroc (Nueva York) y Red Jersey (Nueva Jersey), que a su vez cuentan con antepasados provenientes de los continentes africano y europeo.
Esto indica que poco le queda ya al Duroc de sus antepasados Europeos. Pero muchos años después, la casualidad ha hecho que vuelvan a estar presentes en Europa, y hablaremos más concretamente del caso de la península ibérica.
Durante los años sesenta hasta nuestros días, la fama del cerdo Duroc, debido a las características que comentaremos más adelante, empezó a cobrar fama, y fue traído a España para la elaboración de embutidos, productos que ya contaban con una gran demanda en el territorio español.
La producción de estos embutidos como jamones o lomos, que se mezclaban con carnes de otros cerdos, dio como resultado una carne más jugosa. Hay que decir que la mezcla con la que se combinaba el Duroc es la conocida como carne de cerdo blanco, lo que poco a poco le fue acercando al cerdo ibérico, y al verdadero culmen de la fama de los cerdos Duroc.
Características del cerdo Duroc
Para conocer un poco más a esta raza porcina, solo debemos fijarnos en sus características a simple vista. Es fácil de reconocer debido a un característico color rojizo en ocasiones oscuro, alejándose de aquellas razas mucho más oscuras y de las más rosáceas. Otra de las cualidades son sus orejas caídas, que comparte con otras razas.
Por último y más importante, el peso que puede llegar alcanzar un macho de Duroc es de alrededor de 350 kilos, y para una hembra es de alrededor de 300 kilos. Unas características muy apropiadas y como veremos únicas para su cruce.
El cruce de cerdo iberico con Duroc
Y como no podía ser de otra manera, la genética de nuevo se pone a nuestro servicio para dar ejemplares únicos, y a día de hoy podemos disfrutar de una raza única y singular, el cerdo iberico Duroc. Tanto es así, que la raza porcina de Duroc, es la única considerada apta para poder cruzarse con el cerdo ibérico según la norma de calidad del ibérico de 2007, que se encarga de proteger al cerdo ibérico.
Aunque si bien es verdad, existen algunas particularidades que se deben seguir para este cruce. Lo primero de todo es que debe de realizarse única y exclusivamente por línea paterna, y ese cruce solo puede contemplar el cincuenta por ciento de la sangre.
El jamón como ejemplo
Ya hemos hablado de las características físicas y de la cualidad del cerdo de raza Duroc para cruzarse con el cerdo ibérico. Pero cabe destacar dos cuestiones, que al fin y al cabo son lo más importante a la hora del resultado final. Una de ellas es conocer la razón que lleva al cruce entre el cerdo Ibérico y el Duroc.
Y es que los motivos no son puramente por capricho de la genética, como ya hemos comentado, el cerdo de raza Duroc tiene ciertas particularidades, y una de ellas es su alto contenido en grasas infiltradas, lo que da como resultado una carne mucho más jugosa, que al mezclarla en un primer momento con la carne de cerdo blanca, le daba un sabor más intenso y de mayor calidad.
La segunda cuestión es, al fin y al cabo, la más importante, ya que es la que afecta directamente al mayor interesado, el consumidor. Y es que el resultado de este cruce entre ambas razas tiene objetivo y una prueba de que es único.
Una muestra de ello lo podemos encontrar en el jamón, que gracias a este exceso de grasa, provoca un jamón con un mayor número de vetas y un sabor de calidad.
Productividad y rendimiento
Por si fuera poco, esta unión que da lugar al cerdo Duroc ibérico tiene un beneficio muy grande para aquellos que se encargan de la cría y producción. La importancia de que la raza porcina de Duroc tenga una gran cantidad de grasa, hace que los lechones de los surgidos de un cruce, sean lechones más fuertes, lo que les ayuda en su crecimiento y aumenta la productividad.
Al crecer de una manera más sana, con menor riesgo, y con un tamaño más grande, existe cierta rentabilidad, lo que supone un impulso para los ganaderos.
Gracias a la gran cultura porcina de nuestro país, hoy en día podemos disfrutar de la mejor carne de cerdo y los mejores embutidos.
Una dedicación y cariño por cuidar a estos animales que tanto nos han dado. Y todo por que puedas disfrutar de los mejores sabores de la carne y el embutido de cerdo ibérico, sabores que nos hacen sentir orgullosos de nuestra tradición porcina.
Es cierto que el jamón rojo el de 50% o 75% de raza ibérica es más jugoso, por lo que comentan aquí. El duroc tiene más grasa infiltrada, por lo que el jamón sale más jugoso que un 100%.
Siempre he apostado por el 100% raza ibérica pero tras leer este post comprobaré, en mi próxima compra, si es real todo esto que cuentan. Espero que comprando un jamón ibérico Duroc deguste algo tan ejemplar como explican.